Las decenas de miles de víctimas mortales civiles, los millones de desplazados y los enormes daños a la infraestructura civil de Gaza han llevado al Departamento de Estado de Estados Unidos a entregar al Congreso un informe muy crítico con el uso que Israel ha hecho de las armas facilitadas por Washington. Pese a ello, en ese juego de equilibrios permanente que intenta mantener Joe Biden sin mucho éxito, el informe evita decir abiertamente que el Gobierno de Benjamín Netanyahu haya violado las leyes internacionales en la guerra de Gaza. Se queda en que algunos episodios generan “graves preocupaciones” al respecto. Es probable, pero no está probado, viene a concluir.
El documento explica que se están investigando posibles violaciones, pero señala que Estados Unidos “no dispone de información completa para verificar” si las armas estadounidenses “se utilizaron específicamente” en presuntas vulneraciones del derecho internacional humanitario, aunque sea “razonable considerar” que se han empleado de forma “inconsistente” con la legislación internacional.
Aunque el Ejército israelí cuenta con la experiencia, la tecnología y los conocimientos necesarios para minimizar los daños a la población civil, “los resultados sobre el terreno, incluidos los elevados niveles de víctimas civiles, plantean importantes dudas sobre si el Ejército israelí los están utilizando eficazmente en todos los casos”, explica el informe entregado al Congreso en cumplimiento de una nueva obligación autoimpuesta por el Gobierno de Biden.
“Dada la naturaleza del conflicto en Gaza, con Hamás tratando de ocultarse tras la población civil y las infraestructuras y exponerlas a la acción militar israelí, así como la falta de personal del Gobierno estadounidense sobre el terreno en Gaza, es difícil evaluar o llegar a conclusiones concluyentes sobre incidentes concretos”, se indica. “No obstante, dada la importante dependencia de Israel de artículos de defensa de fabricación estadounidense, es razonable considerar que las fuerzas de seguridad israelíes han utilizado desde el 7 de octubre artículos de defensa cubiertos por la norma NSM-20 [que obliga a dar cuente de si su uso es correcto] en casos inconsistentes con sus obligaciones en materia de derecho internacional humanitario o con las mejores prácticas establecidas para mitigar los daños a civiles”, señala el documento.
El informe señala que Estados Unidos tiene “profundas preocupaciones” con respecto a las posibilidades que da Israel para la entrega de ayuda humanitaria en Gaza, una situación que sigue siendo “insuficiente” pero que ha mejorado. Sin embargo, el Departamento de Estado no concluye que el Gobierno de Netanyahu haya obstruido intencionadamente la entrada de dicha ayuda.
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Además, indica que las garantías que dio Israel en marzo pasado de que utilizaría las armas estadounidenses de acuerdo con el derecho internacional son “creíbles y fiables” y permiten que continúe el flujo de ayuda militar estadounidense, que es el motivo último del informe. Aun así, hay numerosas indagaciones en curso del Gobierno de Estados Unidos sobre incidentes específicos durante el conflicto y también varias peticiones de más información al Gobierno israelí.
La divulgación del informe llega en un momento delicado de las relaciones entre Estados Unidos e Israel. Sale a la luz solo dos días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, haya advertido públicamente de que no entregará nuevas bombas, proyectiles de artillería y demás armas ofensivas a Israel si sigue adelante con sus planes de una operación terrestre a gran escala en Rafah, en el sur de Gaza. Estados Unidos ya ha paralizado el envío de 3.500 bombas por temor a que el Ejército israelí las use en zonas urbanas densamente pobladas de Rafah y se repita así la tragedia de muertes civiles y enorme destrucción que ha dejado la ofensiva israelí en otras zonas de la Franja.
Biden criticó hace meses los “bombardeos indiscriminados” de Israel y ha admitido esta semana que las bombas entregadas por Estados Unidos han provocado la muerte de víctimas civiles. Pese a ello, el informe mide sus reproches a Israel y no pasa la aparente línea roja de proclamar que el tradicional aliado se salta las leyes internacionales con las armas que el Pentágono le envía.
El informe sobre Israel es uno de los siete elaborados por el Departamento de Estado para su entrega al Congreso en los que dictamina sobre el uso que hacen otros tantos países en conflicto de las armas que Estados Unidos les entrega y también si imponen restricciones ilegales a la distribución de ayuda humanitaria a la población civil. La obligación de emitir esos dictámenes fue una concesión de Biden para tratar de lograr apoyo de los congresistas demócratas a la entrega de nueva ayuda a Israel. El presidente dictó una orden en febrero al respecto.
Los informes llegan con algo de retraso, pues el plazo para publicarlos vencía este miércoles. El de Israel era el más esperado. Recientemente, 88 congresistas demócratas enviaron una carta a Biden asegurando que “hay pruebas suficientes de que las restricciones de Israel a la entrega de ayuda humanitaria respaldada por Estados Unidos” violaron la ley estadounidense.
Los republicanos, sin embargo, consideran que la obligación de redactar estos informes “añade burocracia innecesaria y contribuye a la frustración de los socios y aliados”. Sus portavoces de Exteriores en el Congreso expusieron de forma cruda su postura en una carta al presidente: “Aunque los derechos humanos son un componente importante del interés nacional, las prioridades estadounidenses son mucho más amplias, sobre todo en una época de competencia estratégica”.
Amnistía Internacional USA afirmó a finales de abril que Israel ha utilizado armas suministradas por Estados Unidos contra civiles palestinos en presuntas violaciones del derecho internacional, que detalló en un informe de 19 páginas. “Las armas suministradas por Estados Unidos al Gobierno de Israel se han utilizado en graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, y de manera incompatible con la legislación y la política estadounidenses”, decía, pidiendo la suspensión inmediata de la transferencia de armas.
El informe se queda varios pasos atrás. Según el medio digital Axios, en las últimas semanas ha habido un tira y afloja dentro del propio Departamento de Estado sobre el contenido del informe sobre Israel y sus conclusiones. La Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo y USAID han recomendado al secretario de Estado, Antony Blinken, que concluyera que Israel había violado los términos del memorando de seguridad nacional, pero otras partes del departamento le han presionado para que certificara lo contrario y se han impuesto, aunque con algunas concesiones al primer bloque. Parte de las discusiones se han centrado en las restricciones impuestas a la ayuda humanitaria, que han degradado las condiciones de vida de los más de dos millones de habitantes de Gaza.
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