Estados Unidos garantizará que Israel “es capaz de defenderse hoy, mañana, como siempre hemos hecho”, ha asegurado Joe Biden, en un discurso en la Casa Blanca. Acompañado por su vicepresidenta, Kamala Harris, y el secretario de Estado, Antony Blinken, el presidente de EE UU se ha mostrado claramente airado y conmovido al confirmar que varios ciudadanos estadounidenses se encuentran entre los rehenes de Hamás, y ya son 14 las víctimas de esta nacionalidad en el ataque por sorpresa del grupo extremista palestino contra Israel lanzado el fin de semana. Un ataque que Biden ha calificado de “puro mal”.
El presidente estadounidense hablaba tras haber dialogado este martes con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por tercera vez en cuatro días sobre la guerra entre Israel y Gaza.“Nos aseguraremos de que Israel tenga todo lo que necesita para proteger a sus ciudadanos y defenderse, para responder a este ataque. No hay justificación para el terrorismo. No hay excusa. Hamás no defiende el derecho del pueblo palestino a la dignidad y la autodeterminación. Su objetivo declarado hacia el Estado de Israel es matar judíos. Utilizan a civiles palestinos como escudos humanos”, dijo Biden en un discurso que comenzó con casi una hora y media de retraso sobre lo previsto en su agenda.
Israel lanzó este martes su mayor ataque aéreo contra la franja de Gaza en 75 años, con unos bombardeos que han pulverizado barrios enteros. Hamás había amenazado con ejecutar a un rehén por cada casa que fuera alcanzada. Los ataques del grupo extremista palestino han matado a más de un millar de personas en Israel, incluidos 14 estadounidenses; la oleada israelí, a 830 gazatíes.
El Gobierno estadounidense se ha volcado en el apoyo a Israel en el conflicto desde el comienzo del ataque por sorpresa de Hamás contra territorio israelí este fin de semana. Una postura que quedaba simbolizada de manera muy visual la noche pasada, cuando la Casa Blanca se iluminó con los colores de la bandera de Israel.
Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han conversado este mismo martes con Netanyahu para exponerle los esfuerzos para ayudar a Israel a defenderse. “Abordamos la coordinación para apoyar a Israel, disuadir a agentes hostiles y proteger a gente inocente”, precisaba el jefe de Estado en un mensaje en X, la antigua Twitter, antes de su discurso.
Inmediatamente antes, el inquilino de la Casa Blanca y Harris se habían reunido con sus respectivos equipos de Seguridad Nacional para recibir los últimos detalles en la situación y ofrecer directrices en los próximos pasos a dar. Mientras tanto, el secretario de Estado, Antony Blinken, dialogaba por teléfono con su homólogo israelí, Eli Cohen.
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Estados Unidos ha enviado al Mediterráneo oriental al portaaviones Gerald Ford, el mayor buque de su flota de guerra, y sus barcos de escolta. Un paso que iba más allá del papel tradicional de Washington como mero aliado incondicional del Estado fundado en 1948, y que pretende ser un aviso en toda regla: es “un mensaje claro e inequívoco a cualquier país o grupo que piense que esto es una oportunidad para aprovechar la situación en la que se encuentra Israel”, apuntaba el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en una conversación con periodistas el lunes.
Kirby aludía a Irán, el gran protector de Hamás. Estados Unidos teme que Teherán pueda aprovechar el río revuelto y el conflicto se extienda por la región. La Administración Biden también ha indicado que responderá a nuevas peticiones israelíes de asistencia de seguridad con la mayor prontitud y “ya se encuentra en camino” un primer paquete de ayuda, principalmente municiones y equipos de defensa aérea.
Mucha de esta asistencia ya se preparaba, como parte de las aportaciones anuales estadounidenses a la seguridad israelí, aunque ahora la entrega se ha acelerado. Estados Unidos e Israel mantienen desde 2016 un memorando de entendimiento por el cual Washington aporta 38.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel hasta 2028. Otra ayuda adicional necesitará el visto bueno del Congreso, de manera similar a la que EE UU envía a Ucrania; la Casa Blanca ha indicado que está dispuesta a acudir al Capitolio para recabar fondos para ambos países. “Somos un país lo suficientemente grande y con una economía viable y vibrante como para poder asistir a ambos”, declaraba Kirby.
“Nuestra prioridad ahora mismo es resolver la crisis en Israel y hacer todo cuanto esté en nuestra mano para garantizar que Israel tiene lo que necesita para defenderse de estos ataques terroristas brutales”, ha apuntado el Departamento de Estado.
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