Supergás más barato en Uruguay por la ola de frío

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Para mitigar las bajas temperaturas que impactan al país, el Gobierno de Uruguay informó sobre una disminución significativa en el costo de la garrafa de supergás de 13 kilogramos, ajustándose a 100 pesos uruguayos. Esta acción se implementará a partir del 1 de julio y se mantendrá activa hasta el 31 de agosto, como parte de una iniciativa para reducir el gasto de los hogares en la temporada invernal, particularmente en un escenario donde las temperaturas mínimas podrían descender a –4 grados Celsius.

El descenso en los precios, que favorece a familias con subsidios y sin ellos, complementa el actual esquema que asume hasta el 50 % del gasto para los grupos más desfavorecidos de la nación. La titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería subrayó que representa un considerable esfuerzo financiero del Estado, en apoyo del bienestar ciudadano. Según cifras oficiales, más del 80 % de las viviendas en Uruguay depende del supergás como fuente principal de energía para cocinar, y un número relevante igualmente lo usa para calefaccionarse en la temporada invernal.

Con la reducción anunciada, el precio del supergás pasará de 88,46 pesos por kilo a 80,77, lo que ubica el valor de la garrafa de 13 kilos en aproximadamente 1.050 pesos uruguayos. Esta disminución representa un alivio para las economías domésticas, en especial considerando que el invierno suele ser una de las épocas del año con mayor demanda energética y, por ende, mayor impacto en el gasto de los hogares.

Mientras se reduce el precio del supergás, el gobierno ha decidido realizar un ligero aumento en los costos de los combustibles líquidos. La gasolina Súper 95 se incrementará en 0,25 pesos por litro, la Premium 97 subirá 0,26, y el diésel 50S verá un aumento de 1,05 pesos por litro. Este ajuste es parte de la estrategia oficial de revisar precios cada dos meses, tomando en cuenta el Precio de Paridad de Importación (PPI), que sirve como guía para establecer los precios internos acorde a las condiciones del mercado energético internacional.

Las autoridades detallaron que la modificación en el sistema de evaluación, la cual cambió de ser mensual a bimestral, busca brindar una previsión más clara tanto a los consumidores como a las compañías distribuidoras, al mismo tiempo que facilita mitigar variaciones súbitas en los costos internacionales del petróleo.

Portavoces del gobierno admitieron que no hay precedentes recientes de la decisión de disminuir el precio del supergás. Aunque en ocasiones pasadas se introdujeron subsidios específicos, esta reducción amplia del precio para los consumidores representa un cambio activo del Gobierno frente a las extremas condiciones climáticas. Desde finales de junio, el país sufre una ola de frío calificada como una de las más intensas de los últimos tiempos, con temperaturas bajo cero en varias zonas del interior y sensaciones térmicas aún menores.

El Servicio Nacional de Meteorología ha lanzado advertencias temprano debido a la continuidad del frente frío, y diferentes entidades gubernamentales han redoblado esfuerzos coordinados para asistir a las personas sin hogar, garantizar el suministro de electricidad en áreas rurales y fomentar el uso seguro de calentadores en casa.

La acción ha despertado expectativas acerca de su potencial efecto en la inflación mensual. A pesar de que las subidas en los precios de los combustibles líquidos podrían provocar algo de presión, la disminución en el costo del supergás —visto como un producto esencial— puede funcionar como mitigación en el cálculo del índice de precios al consumidor en los próximos dos meses.

Por ahora, el gobierno ha dejado abierta la posibilidad de evaluar nuevas medidas según cómo evolucione la situación climática y económica en las próximas semanas. Desde el Poder Ejecutivo, se enfatizó que el objetivo principal es asegurar que ninguna familia se vea obligada a elegir entre calefaccionarse y cubrir otras necesidades básicas. En tiempos de frío extremo, recalcaron, garantizar el acceso a la energía no es solo una cuestión económica, sino también una prioridad social y de salud pública.

Por: Maria Encarnacion Viñas