La ópera del México del siglo XIX es un capítulo esencial en la historia musical nacional, aunque tristemente, mucho de este patrimonio sigue en el olvido. En tiempos recientes, la puesta en escena nuevamente de «Atala», una ópera creada en 1868 por Miguel Meneses, ha resaltado la urgente obligación de recuperar y apreciar estas piezas que han permanecido en el silencio durante más de cien años.
«Atala»: Una Recuperación Histórica
«Atala» se inspira en la novela con el mismo nombre del autor francés François-René de Chateaubriand, la cual relata el amor inalcanzable entre una nativa americana cristiana y un integrante de una tribu adversaria. Esta ópera tuvo una reciente presentación en el auditorio Carlos Prieto de Monterrey, Nuevo León, gracias al trabajo del Mexico Opera Studio (MOS). Esta nueva puesta en escena es el fruto del esfuerzo de investigación y la edición actualizada de la partitura original, llevados a cabo por la historiadora y musicóloga Aurea Maya junto con el barítono Carlos Reynoso.
La Ópera del Siglo XIX en México: Un Legado Olvidado
Aunque la ópera mexicana del siglo XIX posee una notable riqueza y variedad, muchas de estas piezas siguen siendo desconocidas para el público de hoy. La primera ópera mexicana que se presentó en el país fue «Catalina de Guisa» de Cenobio Paniagua, debutando en 1859. Más adelante, otras obras como «Ildegonda» de Melesio Morales (lanzada en 1866), «Atzimba» de Ricardo Castro y «Anita», también de Morales, aunque creadas a principios del siglo XX, muestran la influencia del siglo XIX en sus composiciones.
Iniciativas para la Recuperación y Preservación
El rescate de estas obras se ha logrado gracias al empeño de investigadores y músicos dedicados a conservar el patrimonio musical de México. Por ejemplo, en 1994, «Ildegonda» de Melesio Morales se interpretó de nuevo gracias a los esfuerzos de Aurea Maya y Eugenio Delgado. No obstante, aún quedan cerca de 25 óperas mexicanas del siglo XIX que esperan ser redescubiertas en archivos como el de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música y el Archivo Zeballos-Paniagua, protegido en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez.
El Papel de la Ópera en la Sociedad Mexicana del Siglo XIX
En el siglo XIX, la ópera tuvo un rol esencial en la vida social de México. Se consideraba la segunda actividad artística en importancia, con teatros de ópera ubicados tanto en las grandes urbes como en pequeños pueblos y haciendas. Las señoritas de familias adineradas tocaban en el piano arreglos de las óperas más populares, mientras que las sociedades filarmónicas contribuían al florecimiento de la vida musical, apoyando instituciones educativas, organizando conciertos y produciendo publicaciones.
Durante el siglo XIX, la ópera desempeñó un papel crucial en la vida social mexicana. Era considerada la segunda actividad artística más importante, con teatros de ópera en las principales ciudades e incluso en pequeños poblados y haciendas. Las jóvenes de familias acomodadas interpretaban en el piano versiones de las óperas más conocidas, y se organizaban sociedades filarmónicas que impulsaban la vida musical, sostenían instituciones de enseñanza, organizaban conciertos y realizaban publicaciones.
La ópera nacional durante el siglo XIX también se empleó como herramienta por los gobiernos del momento para exhibir un México independiente y culto. Se destinaban fondos secretos para financiar presentaciones y desarrollos operísticos, con el objetivo de proyectar al mundo una imagen idealizada del país.
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Desafíos y Oportunidades en la Recuperación del Patrimonio Operístico
El Porvenir de la Ópera del Siglo XIX en México
El Futuro de la Ópera Mexicana del Siglo XIX
La reciente decisión de la Compañía Nacional de Ópera (CNO) de cerrar su temporada anual en el Palacio de Bellas Artes con «La leyenda de Rudel» de Ricardo Castro es un paso significativo hacia la revalorización de la ópera mexicana del siglo XIX. Este tipo de iniciativas no solo enriquecen la oferta cultural del país, sino que también permiten a las nuevas generaciones conocer y apreciar un patrimonio musical que forma parte de su identidad