La guerra de Gaza se adentra en su octavo mes y Hamás sigue haciendo frente a la maquinaria militar israelí tanto en el norte como en el sur de la Franja. Las decenas de miles de hombres de las tropas de ocupación desplegadas no han acabado con la resistencia armada palestina ni en zonas en las que se le había dado ya por derrotada y que se supone que Israel tenía bajo control desde hace meses. Además de con las armas, los fundamentalistas juegan la carta de los rehenes. Este sábado han vuelto a chantajear al gobierno israelí publicando un vídeo en el que aparece uno de ellos.
Ante esa presión de Hamás, el ejército ha ordenado en la mañana del sábado nuevos movimientos forzosos de población palestina en el norte y en el sur de Gaza que la legislación internacional considera ilegales. Los principales objetivos del plan bélico del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que pasan por aniquilar a Hamás y traer de vuelta a los rehenes, siguen sin atisbarse mientras crece la presión interna e internacional contra el mandatario.
Divisiones de Israel sobre la franja de Gaza
Ampliación
del área
humanitaria
Fuente: Ejército israelí, Bing.
EL PAÍS
Divisiones de Israel sobre la franja de Gaza
Ampliación
del área
humanitaria
Fuente: Ejército israelí, Bing.
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área humanitaria
Divisiones de Israel sobre la franja de Gaza
Fuente: Ejército israelí, Bing.
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En un comunicado con instrucciones y mapas en la red social X (antes Twitter), el portavoz en árabe de las tropas, Avichay Adraee, exige que se vayan de su lugar de residencia a los gazatíes no solo del sur, donde Israel ha entrado con sus hombres y sus tanques esta semana, sino también del norte. Esa zona septentrional es un territorio que, supuestamente, los militares tenían ya bajo su dominio porque es el primer área de la Franja que ocuparon a finales de octubre con el comienzo de la incursión terrestre.
“Hamás está tratando de reconstruir sus capacidades en la región y, por lo tanto, el ejército trabajará con gran fuerza contra las organizaciones terroristas en la región en la que se encuentran y, por lo tanto, todos los que están en esas áreas se exponen a sí mismos y exponen a sus familias al peligro”, señala Adraee en un mensaje que una y otra vez Israel repite para justificar estos movimientos de población. Tras este comunicado está la constatación de que la resistencia armada palestina combate en toda la Franja.
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En el barrio de Zeitun, en el norte, se suceden los enfrentamientos “cuerpo a cuerpo”, según el ejército, que asegura haber encontrado “grandes cantidades de armas”, aunque en la foto que adjuntan aparecen tres rifles, y eliminado a “terroristas” en esos choques. Parte de ese material bélico, añade esa fuente, fue hallado en una clínica. Israel confirmó este viernes la muerte de cuatro integrantes de la brigada Nahal, todos de 19 años, como consecuencia de la explosión de una bomba en Zeitun.
Hamás ha hecho públicos vídeos en las últimas horas en los que, supuestamente, se enfrentan a las tropas de ocupación tanto en el sur como en el norte. Los muertos caen por decenas cada día del lado palestino y rozan ya los 35.000 desde que comenzó la guerra el 7 de octubre, según datos del Ministerio de Sanidad palestino. Aquel día, milicianos de Hamás asesinaron en territorio israelí a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 250, según datos oficiales, de las que más de cien, muchas muertas, quedan todavía dentro del enclave. Algo más de 600 militares israelíes han perdido la vida durante la invasión de Gaza. En torno a medio centenar, por fuego amigo.
Cuatro murieron el domingo pasado en un ataque sobre el paso fronterizo de Kerem Shalom, que separa Israel de Rafah, adonde en las últimas horas el ejército afirma que han seguido llegando cohetes desde el interior de Gaza.
Con la orden de evacuación de este sábado, Israel mantiene la presión sobre los palestinos refugiados en el sur, en barrios de la localidad de Rafah, para que salgan de sus lugares de residencia. Esa localidad fronteriza con Egipto era supuestamente el último refugio que le quedaba al grupo fundamentalista. Cuatro batallones, en concreto, según Netanyahu, cuyos efectivos estarían tratando de frenar el avance de los soldados y los blindados israelíes, que desde el pasado martes controlan y mantienen cerrado el único paso fronterizo que comunica Gaza con Egipto. Esa es una arteria fundamental para el abastecimiento de la ayuda humanitaria del millón y medio de personas que se hacinan en la zona.
Israel ganó a lo largo del viernes nuevas posiciones en ese sureste de Gaza. Pese a ampliar la zona que ya controlaba, en principio, no se interpreta que haya puesto en marcha una operación a gran escala como la que su aliado Estados Unidos le advierte que no va a apoyar. Pese a todo, el temor a una mayor incursión israelí ha provocado ya el desplazamiento de más de 150.000 gazatíes en esa zona, según la ONU. “Miraras donde que miraras en el oeste de Rafah esta mañana veías a familias preparando equipaje. Las calles están significativamente más vacías”, comentó Louise Wateridge, portavoz de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (UNRWA) en su perfil de X.
El mensaje de este sábado por parte del portavoz castrense señalando nuevos barrios a evacuar eleva la presión más todavía sobre esa población. El ejército eleva la cifra de los que han salido al doble de los cálculos de Naciones Unidas y estima que son en torno a 300.000, según datos de este sábado.
“Hacemos un llamamiento a otros barrios del este de Rafah ante las actividades terroristas de Hamás en los últimos días y semanas, junto con otras estructuras terroristas, específicamente en los campamentos de Rafah y Shaboura, y los barrios de Al-Adari, Al-Jeneina y Khirbet Al-Adas”, señala el comunicado militar. El mensaje pide a los ciudadanos que se dirijan hacia la zona de acampada de Al Mawasi, en la costa mediterránea, un lugar donde tanto la ONU como las organizaciones humanitarias consideran que no se cumplen los requisitos mínimos para vivir, además de seguir siendo un lugar inseguro como todo el enclave.
Presión con los rehenes
La orden emitida por Adraee también obliga a que hagan lo mismo ciudadanos del norte, en concreto de distintos barrios del campo de refugiados de Yabalia y de la localidad de Beit Lahia. A estos les pide que se vayan a zonas del oeste de la Ciudad de Gaza. El motivo que esgrime el portavoz castrense es que se trata de “una zona de combate peligrosa”, donde se siguen produciendo choques con elementos de Hamás, por lo que Israel reconoce abiertamente que siguen teniendo problemas en ese extremo septentrional del enclave. “Está prohibido acercarse a la valla de seguridad, ya que acercarse a la valla constituye un peligro para su vida y seguridad”, comenta también el comunicado refiriéndose a los límites fronterizos de la Franja con territorio israelí.
Además de con las armas, Hamás presiona también con los rehenes que todavía mantiene, más de un centenar, aunque varias decenas estarían ya muertos. Este sábado ha publicado un vídeo propagandístico en el que aparece Nadav Poplewell, de nacionalidad israelí y británica y 51 años. Su madre fue liberada en noviembre y su hermano es una de las víctimas mortales del ataque del 7 de octubre.
La familia ha pedido que no se difundan las imágenes mientras que el foro que agrupa a las familias de los secuestrados destaca que “cada señal de vida” supone “otro grito de angustia para el gobierno israelí y sus líderes”, según un comunicado. “¡No tenemos un momento que perder! Deben esforzarse por conseguir un acuerdo que los traiga de vuelta a todos hoy: a los vivos a que se recuperen y a los asesinados a que reciban sepultura”, añade el texto.
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