En una medida que ha generado controversia, el presidente electo Donald Trump anunció el nombramiento de Kevin Marino Cabrera como próximo embajador de Estados Unidos en Panamá. Este nombramiento se produce en medio de crecientes tensiones entre ambas naciones, particularmente tras los comentarios de Trump sobre el Canal de Panamá, al que describió como un ejemplo de la «explotación» de Estados Unidos por parte de la nación centroamericana.
Trump, conocido por su estilo confrontacional, dijo en un comunicado que Cabrera haría un «trabajo fantástico» defendiendo los intereses estadounidenses en Panamá. El comunicado estuvo acompañado de acusaciones explícitas contra el país centroamericano, al que acusó de imponer aranceles abusivos a los barcos estadounidenses que navegan por el canal.
El comisionado del condado de Miami-Dade, Kevin Marino Cabrera, es una reconocida figura política de Florida con experiencia a nivel local y nacional. Fue un actor clave en la campaña presidencial de Trump en 2020, liderando el esfuerzo en Florida, un estado que fue crucial para el éxito electoral del entonces presidente. Ahora Cabrera enfrenta el desafío de representar a Estados Unidos en un país que ha estado en el centro de las polémicas declaraciones de Trump en los últimos meses.
El Canal de Panamá, una de las infraestructuras más importantes del comercio mundial, ha sido un punto de fricción constante en las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. Construido por estadounidenses a principios del siglo XX, el canal fue entregado a la administración panameña en 1999, poniendo fin a décadas de control estadounidense. Sin embargo, Trump ha cuestionado repetidamente ese acuerdo y ha sugerido que Estados Unidos debería recuperar el control del canal debido a lo que considera una explotación económica por parte de Panamá.
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump hizo un comentario que provocó críticas: «Feliz Navidad a todos, incluidos los maravillosos soldados chinos que con amor pero ilegalmente operan el Canal de Panamá». Este comentario sarcástico no solo tocaba el tema del canal. , pero también insinuó la presencia de intereses chinos en la región, algo que Trump ha utilizado como argumento recurrente en su narrativa sobre la influencia extranjera en América Latina.
El nombramiento de Cabrera se produce en un momento en el que Trump también ha hecho declaraciones polémicas sobre otros países. En el mismo mensaje navideño, el presidente electo se refirió al primer ministro canadiense Justin Trudeau como «gobernador» y sugirió que Canadá debería convertirse en la nación número 51 en unirse a Estados Unidos. También mencionó a Groenlandia y sugirió que su gente estaba interesada en una presencia estadounidense más fuerte en la región. Aunque algunos las ven como comentarios meramente provocativos, estas declaraciones reflejan la estrategia de Trump de utilizar un discurso disruptivo para posicionar sus prioridades de política exterior.
En cuanto a Panamá, la amenaza de Trump de recuperar el control del canal fue interpretada por los analistas como una táctica de presión para renegociar los aranceles a los barcos estadounidenses que utilizan la vía fluvial. Sin embargo, el gobierno panameño respondió con firmeza, recordando que el canal es un símbolo de soberanía nacional y que cualquier intento de interferir sería considerado una violación de los acuerdos internacionales.
José Raúl Mulino, presidente de Panamá, se ha pronunciado varias veces sobre este tema, asegurando que el canal permanece bajo control panameño y que su país no cede a las presiones del exterior. Mulino enfatizó que el canal es una importante fuente de ingresos para Panamá y que su administración es reconocida internacionalmente por su eficiencia y transparencia.
Para Kevin Marino Cabrera el desafío será enorme. Como embajador, estará en el centro de una relación bilateral marcada por tensiones comerciales y políticas. Su experiencia previa como comisionado en Miami-Dade y su participación en la campaña de Trump lo convierten en un aliado cercano del presidente electo, pero también lo colocan en el punto de mira de quienes cuestionan la política exterior de Trump hacia América Latina.
Cabrera, hijo de inmigrantes cubanos, construyó una sólida carrera política en el sur de Florida. Desde su puesto como Comisionado trabajó en áreas como el comercio internacional, la seguridad comunitaria y el desarrollo económico. Además, ha sido parte de diversas iniciativas de sustentabilidad ambiental, incluidos proyectos para proteger la Bahía de Biscayne. Su conexión con la comunidad latina y su conocimiento de la región podrían ser de gran utilidad en su nuevo rol diplomático.
Sin embargo, el nombramiento de Cabrera ha sido criticado tanto en Panamá como en Estados Unidos. Los manifestantes en la Ciudad de Panamá han expresado su desacuerdo con las declaraciones de Trump sobre el canal y han cuestionado si Cabrera podrá manejar las tensiones diplomáticamente. Durante una reciente protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en Panamá, se quemaron pancartas con imágenes de Trump y Mari Carmen Aponte, la actual embajadora, como señal de descontento popular.
A nivel nacional, algunos vieron los comentarios de Trump sobre el canal como una distracción de otros temas más urgentes. En sus mensajes navideños, Trump no sólo hizo referencia a Panamá, sino que también criticó al presidente saliente Joe Biden y su decisión de conmutar las sentencias de 37 presos federales. Trump prometió que, a diferencia de las decisiones de Biden, su administración reintroduciría la pena de muerte como medida central de su política de justicia penal.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca cómo se desarrollará este nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. La confirmación de Kevin Marino Cabrera en el Senado será un paso crítico para determinar si su nominación es exitosa y cómo abordará los desafíos que enfrenta como embajador.
En este escenario de incertidumbre, lo único que queda claro es que la política exterior de Trump seguirá generando titulares y controversia. Su estilo de confrontación y su enfoque en temas como el Canal de Panamá reflejan una estrategia que combina declaraciones provocativas con objetivos sustantivos destinados a redefinir la relación de Estados Unidos con el resto del mundo. Para Cabrera, el desafío es equilibrar las expectativas de la administración Trump con las necesidades de una relación bilateral que sigue siendo vital para ambas naciones a pesar de las tensiones.