Nacido en Río de la Plata, el 9 de julio de 1968, el Día de la Independencia de Argentina, resalta Martín Umarán, cofundador y presidente para Europa, Oriente Medio y África de Globant, un unicornio argentino fundado en 2003 en un bar y que cotiza en la Bolsa de Nueva York. El proveedor de servicios tecnológicos facturó 2.095 millones de dólares en 2023. Umarán reside desde hace cuatro años en España “porque queríamos que nuestros hijos vivieran otra experiencia”. Asegura que le gusta Madrid aunque “extraño mucho Argentina”. Dice que la energía de Buenos Aires y la capital de España son similares.
Pregunta. ¿Viaja mucho?
Respuesta. Viajo mucho porque estamos en todas partes del mundo [33 países y cinco continentes] y porque es una forma de entender el mundo. También porque a nivel personal me gusta.
P. ¿Cómo se vive el salto de start-up a multinacional?
R. Fundamos Globant hace 21 años en Argentina cuatro socios. Y desde entonces hemos recorrido muchos lugares. Son cambios enormes, pero muy lentos. El mayor desafío es aceptar que siempre hay gente que hace las cosas mejor que uno. Globant es claramente el ejemplo de un viaje. Muchas veces me preguntan cuál es el destino, pero no tenemos destino. Lo que más nos preocupó entonces y nos sigue preocupando ahora es cómo crear empleos de calidad.
P. Están en pleno proceso de crecimiento, no paran de comprar empresas. ¿Qué es lo más complejo del proceso?
R. Tenemos una estrategia y queremos conseguirla tanto orgánicamente como con adquisiciones. Conocer compañías lleva mucho tiempo. Pero lo más complejo de una compra no es la propia operación sino lo que sigue: el proceso de integración es lo más complicado. Somos una empresa de personas y tenemos que dedicarles tiempo de calidad. Escucharles y atenderles y que surjan consensos. Las guerras que actualmente hay en el mundo son un ejemplo de que no somos buenos haciendo este trabajo.
P. ¿Qué hace en su tiempo libre?
R. Cuando uno se sale del formato habitual de trabajo, de las ocho horas en la oficina, lo normal es combinar trabajo y tiempo libre. Se puede almorzar con unos amigos al salir del despacho. Además de compartir estos momentos con los amigos, me gusta mucho leer, oír música, ir al teatro y viajar. Y como deporte, juego al golf los fines de semana y alguna vez entre semana. Le dedico un par de días. Y viajo con amigos dos veces por año a conocer nuevos campos de golf.
P. ¿Cuál ha sido el último?
R. Sotogrande el año pasado.
P. ¿Y su último viaje de placer?
R. He estado con la familia en Egipto esta Semana Santa.
P. ¿Cuánto tiempo pasa con ellos?
R. Trato de estar mucho con la familia. Desayuno y ceno con mi mujer y mis dos hijos. Y el fin de semana voy a ver a mis hijos practicar deporte.
P. ¿Tiene estrés?
R. Tengo estrés. A veces sí. Hay situaciones difíciles de abordar que generan estrés. Tiene una parte muy negativa, que suele ser que no me deja dormir, pero tener cierta tensión no está mal.
P. ¿Qué hace para combatirlo?
R. Pues cuando no puedo dormir, leo. Es uno de mis aprendizajes. Y el otro aprendizaje es que hay que resolver los problemas rápido, no quedarse con ellos y procrastinar.
P. ¿Qué está leyendo?
R. Ahora estoy leyendo Baumgartner, el último libro de Paul Auster [fallecido esta semana]. Suelo combinar una novela con una obra relacionada con el sector. Actualmente leo La guerra de los chips de Chris Miller, que es muy bueno. También me gusta mucho Michael Lewis.
P. ¿Usa la inteligencia artificial (IA) en su día a día?
R. La IA generativa la uso bastante. Estoy aprendiendo. Como con toda tecnología, amigarse como con ella es muy relevante. A veces me sorprende y a veces voy más rápido solo.
P. ¿Y cuál es su viaje preferido y el que le queda por hacer?
R. Mi viaje predilecto es Japón. La primera vez que fui lo hice con mi esposa y unos amigos y me pareció increíble. Hay algo al otro lado que no podía imaginarme. Un mundo de contrastes en el que conviven los seres más tecnológicos y frikis con la tradición más absoluta. En cuanto al viaje que tengo pendiente, es China. Quiero ir a estar dos o tres meses porque es una cultura que conozco poco y forma parte de mi trabajo explorar cosas nuevas, saber lo que viene, estar atento.
P. Pero entonces, ¿va a ser un viaje de trabajo?
R. Me cuesta mucho separar trabajo y placer. No vivo mi empleo como de 9 a 17 horas. Gran parte de mi trabajo es pensar qué empresa vamos a comprar. Y lo que más me gusta de él es descubrir las cosas nuevas que van a llegar. Luego viene una fase más ejecutiva, que también hago, pero mi preferida es la de estar con los ojos abiertos.
Aquí puede consultar las últimas entrevistas ‘After work’
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal