El Mundial de MotoGP emprende este fin de semana, en el inédito GP de India, uno de los retos más exigentes de su historia. Los pilotos y sus equipos encaran un tramo final de temporada con 16 carreras —ocho al sprint los sábados y ocho largas el domingo— en 10 semanas. El calendario incluye solo dos fines de semana libres en dos meses de competición, hasta su desenlace en el GP de la Comunitat Valenciana, que cierra el certamen el 26 de noviembre. Esta concatenación de grandes premios, que incluye siete pruebas en Asia y Oceanía, situará al límite físico y mental a los corredores.
“Mentalmente, el mayor reto es pasar página. Debes hacerlo te haya ido bien o mal, pero cuesta más pasar página de algo reciente que de algo que pasó hace dos semanas”, explica a EL PAÍS Pep Font, psicólogo deportivo y coordinador de deportes de motor en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallés. “A nivel físico habrá que implementar medidas adicionales a las habituales, es evidente que necesitas hacer algo más o algo distinto al régimen habitual”, añade.
“Ocho grandes premios en 10 semanas es de locos. Va a ser muy exigente. Trataremos de mantener la concentración, pero también el ambiente relajado y la diversión en el garaje”, opina Aleix Espargaró, el piloto más veterano de la parrilla a sus 34 años. “A nivel mental será duro, pero me traeré a la familia a algunas carreras para que sea más llevadero”, añade Il Capitano de Aprilia. Jorge Martín, segundo clasificado de la tabla a 36 puntos del líder, Pecco Bagnaia, concuerda con su colega y vecino en Andorra: “Lo más duro es la parte mental, estar tanto tiempo fuera casa”.
Cada uno usará distintas fórmulas para gestionar el estrés de cuerpo y mente. Unos volverán a casa y otros se quedarán por el continente desconectando a su manera. Martín, curiosamente, evitará los vuelos más largos y se irá a hacer surf a Bali para recargar pilas entre la cita de Japón e Indonesia. Los que tienen familia volverán para ver a sus pequeños.
“El recurso más habitual es ver una serie o jugar a videojuegos. Lo importante es analizar si eso realmente les permite desconectar de manera efectiva, si les permite olvidar la competición hasta que sea el momento adecuado. Entrar en modo carrera antes de tiempo puede ser un problema”, comenta Pep Font, que ha trabajado con varios pilotos de la actual parrilla de MotoGP.
Corredores como Pol Espargaró usan otras técnicas para desconectar y relajarse. El piloto de GasGas utilizó en el pasado el punto de cruz y ahora siempre intenta encontrar un momento para tocar el piano antes de irse a dormir. “Cada uno tiene sus recursos y sus planes, lo importante es ser consciente de la importancia de la desconexión”, afirma el psicólogo.
No les queda otra a los pilotos que aceptar la realidad, bajarse la visera y prepararse para el sprint de final de temporada. El primer reto, por si fuera poco, será domar el circuito de Buddh, que se estrena en la disciplina después de más de una década sin ser sede de un gran evento internacional. Entre 2011 y 2013, el trazado indio albergó una prueba del Mundial de Fórmula 1, y para acoger a la máxima categoría de las dos ruedas ha acometido reformas necesarias en términos de seguridad. En un lienzo en blanco, todos los pilotos llegan con máximas expectativas y ganas de brillar.
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