Saïd Hejal es libanés, pero ha vivido en medio mundo. Habla árabe, inglés, francés, español y ahora va a aprender danés por motivos románticos. A sus 43 años, este economista de formación ha residido en París, Montreal, Nueva York, Londres y desde hace nueve años en Madrid, adonde viajó por primera vez cuando trabajaba para un fondo de inversión americano y vio la luz: crearía una inmobiliaria diferente. Hijo y nieto de promotores, “nuestro objetivo en Kronos Homes es trabajar con los mejores arquitectos de España y Portugal porque queremos mejorar la arquitectura de las ciudades, que el sector promotor ha olvidado porque lo ha visto como un gasto en lugar de como una solución”. Hejal se encuentra en España como en casa, “por la cultura similar a la mía, la elevada calidad de vida y más importante: el sol”, y ha conseguido hacerse un hueco en el sector inmobiliario y también en las revistas de papel couché, donde se le puede ver con Tamara Falcó o con arquitectos famosos como Joaquín Torres.
Pregunta. ¿Realmente ha comprado Tamara Falcó su ático de Puerta de Hierro por 1,5 millones de euros o se lo han regalado ustedes para que haga promoción de Kronos?
Respuesta. Nosotros no regalamos nada. Si empezamos a regalar tendré que cambiar de negocio.
P. ¿Qué aporta la marquesa a su marca?
R. Es una mujer muy elegante y que conecta con los españoles, una persona que transmite parte de los valores de Kronos, que son: diseño, arquitectura y, más importante, elegancia.
P. ¿Cuáles son sus aficiones?
R. Me encanta el arte. Soy coleccionista. Cuando era pequeño todos los fines de semana iba al museo del Louvre con mis padres. Una experiencia que me aburría mucho. Cada día veíamos dos salas. Después, cuando nos trasladamos a Montreal mi madre comenzó a coleccionar arte. Yo fui a galerías desde muy joven y compré mi primer cuadro a los 16 años. Yo creo que el arte cambia la manera en que pensamos, la manera en que expresamos emociones. Ahora voy todas las semanas al museo del Prado, que creo que es el mejor del mundo, incluso que el Louvre, y hay exposiciones que veo hasta siete veces porque cada vez descubres algo nuevo.
P. ¿Cuántos cuadros tiene su colección?
R. Tengo más cuadros que paredes donde colgarlos. Lo más importante no es el número, es la calidad. Yo no quiero ser el mayor promotor de España, sino hacer el mejor producto. En este momento, tengo la suerte de tener unas buenas oficinas en Madrid para poner arte y en los tres últimos años estamos llevando arte a todos los proyectos que hacemos en Kronos porque lo más importante del arte es poder compartirlo. Cuantas más personas puedan disfrutarlo, más valor tendrá. Por eso tengo más cuadros en la oficina que en casa, donde solo los disfruto yo.
P. ¿Su colección es contemporánea?
R. Es una mezcla. Empecé focalizándome en mi origen, en Líbano, Siria… Después en la escultura, que me gusta mucho. Y en los últimos años, después de vivir en España, la colección ha cambiado un poco y se ha centrado en el arte español. En España hay mucho talento joven. Y me gustan mucho los colores. Me muevo hacia cuadros con más vida.
P. ¿En cuánto está valorada la colección?
R. No la he valorado. Compré muchos cuadros a los 25 años y no lo veo como inversión. Es una pasión para disfrutar. No vendo cuadros, seguramente lo haré con el tiempo porque mi gusto evoluciona.
P. ¿Qué más aficiones tiene?
R. Soy coleccionista desde joven. He coleccionado desde muñecos Gi Joe hasta tarjetas de beisbol, pasando por monedas, sellos, vino, vinilos y arte.
P. ¿Y le cabe todo esto en su casa?
R. No. Una parte la tengo en casa de mi madre, que siempre me dice cuándo vas a recoger tus colecciones que comen el espacio de una habitación, otra en la mía y otra en la oficina. La parte que más me gusta de coleccionar es la búsqueda, que es un camino de curiosidad intelectual en el que aprendes muchas cosas y te permite soñar.
P. ¿Qué hace a diario fuera del tiempo de trabajo?
R. Dedico una hora al día a leer. No veo la televisión. Nada. Hace casi 10 años que no la veo. Dedico otra hora a hacer deporte, a correr en el Retiro o hacer pesas. Y medito dos veces al día porque me ayuda a pensar y a tener claridad en las ideas en este mundo de tantos estímulos. Empecé a meditar hace cinco años y ha cambiado mucho la manera en que pienso y veo las cosas. Estoy más tranquilo. Después de la covid introduje cursos de meditación en la oficina y ahora casi el 70% de los empleados meditan porque baja el estrés. Acabo de trabajar en torno a las 19 horas y paseo mucho con mi perra, Lola.
P. ¿Cuáles son sus artistas preferidos?
R. Me gusta mucho Jackson Pollock, que es como el jazz, un extensor de las emociones que tienes en la cabeza. Y, de los artistas españoles Goya, que es el precursor del arte abstracto.
P. ¿Se da caprichos?
R. Me gusta mucho viajar. He visitado 67 países y mi objetivo es llegar a 100 en los próximos 10 años. También me gusta mucho la montaña, la naturaleza, he subido al Mont Blanc y también he hecho dos veces el maratón de Nueva York.
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